La magia y el poder que tiene el color me ha fascinado siempre.
Si os digo que soy apasionada del color seguro que os hace pensar que soy una loca de los colores llamativos y llenos de contrastes, pero no… no soy de ese tipo de “locas”, soy más bien de otra locura, esa que es capaz de sentir unas mariposas en el estómago yendo por la calle y visualizando unas tonalidades en el cielo de la misma gama cromática que el jersey de la chica que camina delante mía. O bien, emocionarme con la portada de un libro que a priori no me interesa, pero me lo tengo que llevar a casa porque esa portada me transmite una energía especial gracias a la armonía de sus colores.
En definitiva, yo creo que en el poder del color casi como una religión, jaja, porque creo que contienen una magia que pocas veces somos conscientes de ella.
Por lo general, mi consejo, es no sobrecargar de color la habitación del bebé, y cuanto más clara y despejada de contrastes esté, mejor.
Pues como decía, el color nos afecta a todos, pudiéndonos generar sensaciones muy diferentes (alegría, paz, energía, vitalidad, seguridad, descanso…). Y si esto nos pasa a los adultos, ¡imaginad cuánto les condiciona a los peques!
¿Pintar las paredes?
En caso de querer pintar las paredes de un color que no sea blanco, aconsejo hacerlo de una tonalidad muy muy tenue.
Esto lo digo por varias razones: la primera por una razón psicológica, ya que debemos evitar que el color influya negativamente en la personalidad y desarrollo del bebé (tratándose de pequeñas esponjas como son los recién nacidos, cualquier color que predomine intensamente en la habitación podría ser demasiado estimulante para ellos). Otra razón es por una cuestión práctica, ya que si introducimos mucho color de primeras en la habitación del peque, estamos limitando muchísimo la decoración en cuanto a variedad cromática se refiere y dificultando por tanto nuestras futuras decisiones decorativas. Y una tercera razón, que teniendo en cuenta la cantidad de objetos coloridos que se van acumulando a lo largo de la crianza (juguetes, muñecos, peluches, libros, ect) llegará un momento en que nos sentiremos desbordados en cuanto a colorido se refiere ( y aquí volvemos a la primera razón).
En definitiva, debemos ser cautelosos si queremos introducir colorido en las paredes, y tener en cuenta que el blanco, y los tonos tenues (gris claro, beige por ejemplo) son ya de por sí un colorido y que pueden ser muy adecuados para la alta sensibilidad de nuestros peques.
¿Qué tonalidades elegir para las láminas u otros detalles decorativos en la habitación del bebé?
Llamadme loca pero yo parto de la idea de que cada familia posee una paleta de colores propia, que se proyecta en su propio hogar y en su propia razón de ser. Una paleta de colores que debe ser respetada y muy tenida en cuenta a la hora de decidir las tonalidades en la habitación del futuro bebé, y por tanto, también en la decoración de sus paredes.
Cuando creé Maraquela tuve muy claro esta idea, sabía que mis láminas tendrían un valor especial gracias a la armonía de sus colores, pero que esta no tendría sentido sin tener en cuenta la variedad cromática de cada familia y por tanto de cada hogar.
Tratándose de una habitación para recién nacidos, doy por hecho que las paredes y el mobiliario sean de tonalidades lo más neutras posibles (blanco puro, crudo, gris claro o un tono pastel muy muy claro), y dejar los toques de color propios para los detalles, como pueden ser las láminas/cuadros u otros detalles decorativos.
Esos detalles son los que marcarán el carácter y estilo propio de cada habitación, y para ello como digo no es necesario irse en excesos. El diseño y paletas de colores de unas simples láminas se encargarán de darle una personalidad a todo el espacio.
Ahora bien, hay veces que no tenemos claro hacia donde dirigirnos en cuanto a tonalidades se refiere. Muchas familias me dicen “es que nos gustan todas, no sabemos elegir”, y seguramente me pasara a mí también si acabara de aterrizar en este mundo ya que la mente necesita de un mínimo de entrenamiento para tomar ciertas decisiones.
En estos casos analizar un poco las cualidades específicas de cada color, puede orientarnos sobre la energía que buscamos en la habitación de nuestro pequeño, y por tanto, de nuestro hogar.
Es por ello que haré un recorrido por los colores más usados en la habitación de un bebé o recién nacido y las sensaciones que éstos transmiten (OJO, me refiero siempre a los detalles y toques de color, nunca al color predominante, ya que doy por hecho que la base siempre será blanca o de un tono
muy clarito). ¡Vamos a ello!:
- Azul: Suele ser el favorito de las familias, sobre todo de los que esperan un bebé varón (aunque por suerte cada vez más se empieza a usar en niñas!). Las tonalidades azules, transmiten calma y mucha relajación. El color del cielo y los océanos nos recuerda a las profundidades donde prevalece la estabilidad y tranquilidad. Como es de intuir, siempre y cuando esté presente en su justa medida (detalles y ciertos elementos decorativos) este color es muy acertado para recién nacidos, ya que favorece la concentración y aleja miedos e inseguridades. Un ejemplo de láminas con toques de azul lo tenéis en el Set Animal Friends, y Mi fabuloso mundo marino, donde la tonalidad azul es la auténtica protagonista. Seguramente al verlo se comprenda mejor el poder que tiene el azul en una habitación infantil ;-).
- Tonos naranjas o amarillos: cierto es que transmiten mucha energía, optimismo y alegría, y suele ser el preferido para las habitaciones de hermanos por eso de que es un color muy unisex. Aún así, aconsejo usarlos con moderación (mucho más que otros) ya que tienen la peculiaridad de recargar mucho el ambiente y si nos pasamos puede resultar demasiado estimulante. No obstante, puede ser muy apropiado para habitaciones pequeñas o que reciban poca o ninguna luz del sol, ya que los tonos cálidos aportarán amplitud o harán que se compense esa falta de luz. Un ejemplo de láminas con estos tonos son el Set Sol, o el Set de láminas del perro Sancho anaranjado, .Como veis ambos aportan mucha luminosidad y energía de la buena ;-).
- Tonos rojos: Lo recomiendo solo en muy pequeñas dosis, ya que estimula mucho a los bebés visualmente y favorece la actividad, de modo que una alta presencia de tonos rojos en la decoración infantil podría afectar al descanso del pequeño. Los tonos rojos o muy vivos mejor en juguetes u objetos con los que el bebé se relacione durante el día. Personalmente, no suelo incluir el color rojo como tal en mis ilustraciones infantiles, pero en la ilustración Mis Colores, hice la excepción y lo incluí por primera vez entre mis trabajos, porque como comprenderéis era imprescindible :-) y de igual modo, entiendo que haya ocasiones en las que un pequeño p unto de color en la habitación (sobre todo en habitaciones amplias, con espacio de juegos o pintura específicos o bien habitaciones íntegramente dedicadas al juego y diversión), podría ser muy acertado.
- Verde: tiene un efecto muy parecido al azul, sobre todo si se trata de tonalidades frías de verde. Al tratarse del color de nuestra madre naturaleza, nos transmite equilibrio, seguridad y confianza. Valores clave para el crecimiento sano de un bebé. Personalmente, me gusta mucho el verde azulado (en general los colores poco definidos creo que poseen un valor añadido), ya que lleva consigo la magia y características de ambas tonalidades. Una vez más, en la colección Dante tenéis un modelo que es maravilloso, con un toque de verde menta, y que por algo está entre vuestros preferidos.
- Rosa: Siempre y cuando hablemos de un tono rosa tenue, el color rosa puede ser una buenísima opción (y no solo para niñas), ya que crea un ambiente relajado, transmitiendo elegancia, inocencia y fantasía. Esto como digo, en su justa medida, ya que tonos muy fuertes de rosa en una habitación de bebé podría suscitar una emoción parecida al rojo, y ser abrumador para el pequeño. Cuando me preguntan por unas láminas donde predominen los tonos rosas, suelo recomendar el Set de los 3 Cerditos o el Set Little Big Friends por ser de mis preferidos con estos tonos, pero igualmente en la Colección Indio tenéis varias combinaciones con rosas las mar de interesantes.
- Tonos blancos o neutros: cada vez más tenidos en cuenta en la habitación de un bebé. Cuando hablo de tonos neutros me refiero a diferentes tonalidades de blancos, beige (claros), y grises muy suaves. Estos tonos son y serán siempre un acierto, por representar la inocencia, la pureza y la serenidad. Una habitación infantil donde predominan las tonalidades neutras te dará la sensación de ser más grande, armoniosa y favorecerá sin duda el descanso, la concentración y la calma. Además, como decíamos al principio, la magia de los tonos neutros es que hacen resaltar cualquier otra tonalidad que esté cerca, por suave y tenue que esta sea, y hará de ello un conjunto de lo más tierno y delicado. Una muestra de ello son las iniciales personalizadas, de fondo blanco y la letra de un color pastel. Esta ilustración respetará cualquier decoración de tonos neutros, haciendo un guiño muy sutil a la inicial de tu pequeño. De la misma manera, muchas de mis láminas educativas como Mi maravilloso mundo, Mi Abecedario y Mi increíble universo, son opciones ideales para completar la habitación de vuestro niño o bebé.
Y hasta aquí mis consejitos referidos a cuáles colores elegir para la habitación de un recién nacido. Cierto es que no solo de colores vive un espacio ;-) y dentro de la decoración en la habitación de tu bebé, tendréis que tener en cuenta también los temas que queréis incluir en ella. Para muchos padres es más sencillo elegir una única temática, como podrían ser los animales de la granja, por ejemplo, o bien, animales exóticos, arcoíris… y a partir de esa temática ir montando la habitación alrededor de ésta. Pero tranquilos, también hay familias que mezclan temas y en mi opinión, consiguen crear una habitación igual de bonita y armoniosa. Para mí una vez más, la clave está en los colores, la elección de combinar o no varias temáticas puede ser muy secundario si se combina con gusto y cuidado.
Sin duda alguna, al final, cada familia creará una habitación para su peque con todo lo que quiera que su bebé entre en contacto cada día y con lo que sienta que estará mejor acompañado. Y todo ello le creará una energía que hará que su habitación sea única y su personalidad también.